martes, 26 de septiembre de 2017

Basquiat: Boom for Real, una retrospectiva










Jean-Michel Basquiat, uno de los pintores más significativos del siglo XX (su madre lo llevaba a exposiciones en el MoMa de niño), nació en Brooklin en 1960, murió de una sobredosis de heroína en 1988 y cuyas pinturas ahora se venden por más de cien millones de dólares en una subasta. Apuró su intensa vida artística en apenas seis años, a la sombra de Andy Warhol, Keith Haring y Blondie, entre otros. Fue incomprendido en su día por los críticos, que nunca perdonaron sus raíces callejeras, ni su explosiva mezcla haitiana y puertorriqueña, ni su capacidad para convertirse en el cronista iconoclasta de Nueva York, en los años ochenta.















"Pocos artistas son capaces de crear una estética tan propia desde sus inicios", dice de él Eleanor Nairne, comisaria junto Dieter Buchhart. "Por él pasan el grafiti y el arte africano, el jazz y las resonancias caribeñas, el expresionismo abstracto y las ‘combine paintings’... La suya es una mezcla detonante en un contexto irrepetible, en la Nueva York vibrante y decadente de los ochenta".












Basquiat resumió así lo que se propuso con su obra: "Intenté comunicar una idea, en un paisaje urbano, y hacer pinturas que fueran diferentes, que te hicieran pensar y tuvieran un punto alienante. Pinturas directas que provoquen una emoción en la gente en el momento de verlas", resumió Basquiat cuando en cierta ocasión le preguntaron por su obra. Ahora la Barbican Art Gallery, de Londres, reúne una selección de más de cien obras de museos internacionales y colecciones privadas de este artista autodidacta, poeta y músico cuya influencia, desde su muerte, ha sido enorme.



El empresario y coleccionista japonés Yusaku Maezawa rompió un récord al adquirir el cuadro Untitled, de Basquiat, por 110,5 millones de dólares durante una subasta realizada por Sotheby’s. Es la obra de más valor vendida por un artista norteamericano y una de las más caras de la historia.



Cartel de exposición
Edo Bertoglio







Pocos días antes de la inauguración de la exposición, aparecieron en las paredes de la Barbican dos obras de Banksy. En uno de los grafitis reproduce el cuadro Boy and dog in a Johnnypump. El pie de foto en Instagram, dice: Retrato de Basquiat recibiendo la bienvenida de la Policía Metropolitana.







En el otro, la gente guarda cola ante la caseta de una noria cuyas cabinas han sido sustituidas por las esquemáticas coronas de tres picos que utilizaba Basquiat en sus pinturas. El artista indómito convertido en atracción de feria.







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